Tras el presidente Obama’s one-day whirlwind visit el día de ayer en Ottawa, que fue acompañado por mucho más que brota en la prensa canadiense, varios comentaristas son preguntarse si los canadienses puede ser que ame el nuevo EE.UU.. líder de un poco demasiado.

Como Andrew Coyne escribió en su blog para el Macleans.ca:

Esto es igual. Así que. Vergonzoso. Si hay nada menos atractivo que la racha anti-estadounidense en nuestro carácter nacional - Un rasgo empeora, uno sospecha, la indiferencia de nuestros vecinos a nuestro sol hirviente - es nuestra tendencia a postrarnos delante de celebridades americanas. Y no hay nada más celebritous que Barack Obama.

En el Globe and Mail., columnista Margaret Wente escribió:

Saludos, Sr.. Presidente!

Bienvenido a Canadá! I can’t tell you how thrilled we are that you are coming up to see us, aunque sólo sea para el almuerzo. A juzgar por el frenesí de los medios, su visita está a la altura con la Segunda Venida. Mis amigas haven’t been this excited since the Beatles came to town (not that you’d remember them). Ellos, también, eran más populares que Jesús.

Y la escritura en el Vancouver Sun, periodista Barbara Yaffe sostuvo que:

Emoción en Ottawa en torno a la visita presidencial no podría haber sido mayor había invitado de honor sido Mick Jagger, la Reina o Santa Claus.

Por lo menos Obama dio un poco de amor de vuelta a sus amigos canadienses nuevos. “Me encanta este país,” he said, “and I don’t think we could have a better friend and ally.”